En 1865 existían en variadas
etapas de determinación unas cuarenta casas de madera y bahareque y cerca de
ellas un pequeño aserradero para suplir las necesidades de madera aserrada. En
1866 se aseguro la permanencia en el Líbano cuando el supremo estado del Tolima
le concedió a la aldea su estado legal. Dieciséis mil hectáreas de tierra
virgen le fueron otorgadas para ser distribuidas en lotes de 30 hectáreas a
personas que las hicieran producir.
El Líbano creció rápidamente,
mirada esta expansión desde la economía, el medio ambiente, y la política. A
pesar de producir caña de azúcar, papa, y banano, fue el café lo que convirtió
al Líbano en el potosí agrícola del Tolima, la bonanza cafetera no solo beneficio
el sector agrícola, sino también genero industrias subsidiarias. Esta también
beneficio a la población por medio de empleos, puesto que se necesitaban
arrieros, bodegas, molinos, y personas para seleccionar los granos del café. En
la historia del rápido crecimiento del Líbano encontramos un contexto político
y cultural. El crecimiento de este municipio durante las décadas de 1860 y 1870
fue estimulado por gobiernos liberales, por esto dos años después de su caída,
el Líbano tuvo que ceder parte de su territorio a su vecino conservador villa
hermosa
Siglo
xx.
El Líbano entro al siglo xx
con una personalidad municipal bien desarrollada. La región era económicamente
prospera y estaba constantemente en movimiento a medida que nuevos
colonizadores llegaban para el auge del café. Las elites locales estaban a
disposición de Bogotá o Ibagué, fue así como por factores fuera de su control
en la guerra civil de 1895 terminaron con la vida de su reverenciado isidro
parra. El fundador fue asesinado mientras dormitaba en una choza, los mismos
conservadores lamentaron el hecho. El asesinato de parra le dio al Líbano un
salto liberal y la guerra de los mil días, intensifico la politización de todos
los liberales.
Elecciones
presidenciales 1922
La frustración liberal en el
Líbano como en muchas otras partes había alcanzado en 1922 niveles peligrosos,
en ese mismo año el partido liberal se lanzo a la presidencia con el general
Benjamín Herrera, contra el general conservador Pedro Nel Ospina. A pesar de la
derrota los libaneses fortalecieron la decisión del liberalismo colombiano.
Elecciones
municipales 1923
Los liberales del Líbano se
acercaron a la plaza aquel 15 de octubre, había varias docenas de mesas y
detrás de ellas un manojo de comisionados electorales conservadores con un
manojo de papeles de listas de las personas que podían depositar sus votos.
Uno tras otro los campesinos
liberales se identificaban y una y otra vez fueron rechazados con el mismo
pretexto “ ya voto”. Lo que hizo
evidente que existía un fraude en la elección, los lideres liberales asediaron
a los miembros del jurado electoral para protestas por la farsa, pero no les
hicieron caso.
Pacto
político sobre elecciones
El comandante de la policía
Ernesto Polanco, asumió el papel de conciliador, reuniéndose primero con los
conservadores, después con los liberales, y luego en conjunto; se logro
establecer en el Líbano un “PACTO POLITICO SOBRE ELECCIONES” donde los liberales aceptaban una minoría en
la administración, pero a cambio se le garantizaba los juzgados, la dirección
de la cárcel, la secretaria del concejo y los puestos de tesorero municipal y
procurador de la ciudad.
La
paz liberal
Durante los años de paz
liberal (1936-1950), el Líbano continuaba sus pasos de progreso, en donde se
publicaron 19 periódicos, los cuales funcionaban en un área metropolitana con
una población de 10.000 habitantes.
Gaitanismo
Un factor importante en la
vida del campo fue el bandolerismo endémico. La división del liberalismo en
1942 gracias a Jorge Eliecer Gaitán, causa la ramificación del pueblo
libanense. La llegada al poder de Alfonso López trae como consecuencia que los
conservadores de la cordillera supieran que había llegado la hora de arreglar
cuentas. Durante el año siguiente a la muerte de Gaitán, el gobierno abandono
todo intento de complacer a las mayorías liberales del Líbano. Aumenta la
agresividad de los campesinos conservadores y se sostienen las reuniones de
autodefensa en la vereda de la yuca. Aumenta la migración campesina
de liberales de Villahermosa, hacia el Líbano.
Estado
de sitio
Cuando fue decretado el estado
de sitio en noviembre de 1949, los liberales del Líbano se colocaron a la
defensiva, ya que el consejo fue disuelto, y un gobierno reemplazo al gobierno
civil.
PREFACIO
DE LA VIOLENCIA.
Una
cosecha de despojos.
En 1946 la población del Tolima estaba compuesta
por jóvenes que ocupaban gran espacio del sector rural, 55% de todos sus
habitante se hallaba por debajo de los 15 años de edad y entre el 70 y 80% de
los mismos vivía en y trabajaba el campo, desde el sur como al suroeste se
extendían todas las zonas de colonización, en el centro se desarrollaban rápidamente
las ciudades.
Para 1948 los cinco municipios
más prósperos; Ibagué, Armero, Líbano, Honda y Chaparral, producían más que los
24 restantes, lo cual quería decir que, en su mayoría, estos últimos
subsistían, con base en presupuestos insuficientes para presentarle al pueblo
siquiera los más rudimentarios servicios públicos.
Un 60% de todos los tolimenses
estaba condenada al analfabetismo en los años cuarenta, estadística que se
explica en parte por el aislamiento físico de una población muy dispersa. Solo
un 25% de la infancia acudía a la escuela, y en los campos la cifra era menor.
Las familias campesinas trabajaban en pequeños ranchos de bahareque. En muchos sitios
los techos de latón corrugado comenzaron a reemplazar a los elaborados con
materiales naturales, y los agricultores más ricos utilizaban para sus hogares
piso de concreto.
Un sistema deficiente de
transporte seguía aquejando al Tolima en la década de 1940. El departamento
tenía poco más de mil kilómetros de carreteras adecuadas para el tráfico de
vehículos, y muy pocos penetraban en la cordillera. Una gran mayoría de los
municipios cafeteros, de donde provenía gran parte del ingreso departamental, ni
siquiera contaba con carreteras en 1953, pero aún no estaba pavimentada y se
veía frecuentemente bloqueada por derrumbes siendo imposible transitar durante
buena parte del invierno.
Cada municipio contaba con una
red de vías para animales de fardo y silla, aunque algunas veces era de tal
condición que un viaje que pasaba de unos cuantos kilómetros dejaba exhausto al
animal y al viajero. Desde luego, muchas de estas rutas eran transitables
únicamente a pie. Miles de familias tolimenses se encontraban a un día de viaje
de la aldea más cercana que por lo general solía ser una pequeña tienda en el
cruce de dos caminos, con sus paredes invariablemente decoradas con
descoloridos carteles que recomendaban “tomar Colombiana”, o recordaban que
“Corona sabe mejor” o mostraban los restos de avisos garabateados en la última
campaña política.
Una mayoría de los tolimenses
terratenientes había llegado recientemente a las zonas templadas duran varias
décadas de colonización a partir de 1840. Estos “nuevos Tolimenses” eran agricultores
orgullosos e independientes, dedicados al cultivo del café, y como tales
constituían una clase media de medios adecuados y repartida a lo largo del
departamento.
Un gobierno equitativo en lo
nacional, departamental y local podría haberle permitido al Tolima un proceso
continuado hacia la segunda mitad del siglo XX, y una acción moderada en el
campo de la reforma social podría haber sacado a la población marginal de
sus tremendos apuros.
El 20 de abril de 1946 el
gobernador liberal, Ricardo Bonilla inauguro la asamblea del departamento con
una nota desagradable empezó por decir a los diputados que el horizonte del
Tolima estaba oscurecido por la intranquilidad laboral y la creciente tensión
política. El objetivo de su mensaje era invitar a todos los Tolimenses a
trabajar para que la violencia no estropeara las próximas elecciones
presidenciales, una empresa difícil si se tiene en cuenta que las pasiones
estaban ya excitadas por “dos vehementes y agitados” comicios el año anterior-
Producto de una tradición civil que exigía frecuentes y divisorias elecciones.
Rodrigo Torres.
Rodrigo Torres.
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